Noticias históricas acerca del proyecto de construcción de un tren de alta velocidad entre Buenos Aires, Rosario y Córdoba en la República Argentina, entre el 27 de abril de 2006 y el 26 de septiembre de 2008 (las noticias continuaron hasta el 20 de diciembre de 2012), durante los gobiernos de Nestor y Cristina Kirchner.

domingo, 31 de agosto de 2008

Cada vez más complicado, el tren bala define su suerte en setiembre

Domingo 31 Agosto 2008.

Por:  Antonio Rossi.

EL GOBIERNO BUSCA SALVAR EL POLEMICO PROYECTO.

La traba está en las adversas condiciones financieras y el alto costo de la obra.

Acorralado por un triple jaque -político, económico y financiero-, el proyecto del tren bala a Rosario y Córdoba deberá afrontar a partir de mañana una instancia clave que definirá su puesta en marcha o su paso al olvido.

Durante el mes de setiembre, el Gobierno tiene que resolver si convalida o no el "esquema de financiación" que arrimó el banco privado francés Natixis, el cual se encuentra congelado desde junio por el empeoramiento de las condiciones financieras externas.

Si las autoridades del Ministerio de Economía no aceptan la emisión de los bonos específicos del tren bala con la tasa de interés que impone la realidad del mercado, a la presidenta Cristina Kirchner le quedaría un solo camino para mantener en pie el emprendimietno: desechar el financiamiento privado y pasar en forma directa todo el costo de la obra a los gastos del Tesoro.

El tren de alta velocidad que unirá Retiro con Rosario y la capital cordobesa constituye para la administración kirchnerista un"proyecto emblemático" que intentará sacar adelante por todos los medios, pese a los fuertes cuestionamientos que ha cosechado desde distintos sectores sociales y políticos.

El principal obstáculo que enfrenta ahora el proyecto está en la colocación de la primera serie de títulos públicos por US$ 670 millones que se acordó para cancelar el "anticipo de la obra". En total, el primer tren de alta velocidad de América latina implicará para el Estado un endeudamiento de casi US$ 4.000 millones.

Iniciado a principios de 2006, el proceso licitatorio del tren bala concluyó en enero de este año con la adjudicación del proyecto al grupo Veloxia, que integran la empresa francesa Alstom, las locales Emepa y Iecsa y la española Isolux.

Para llevar adelante la obra, el Gobierno convalidó una "atípica ingeniera financiera" que armaron el grupo constructor y el banco Natixis y que se basa en un crédito a 30 años garantizado con la cesión de títulos públicos.

Desde que fue aprobado en marzo, el costo de financiamiento registró un marcado incremento en la tasa de interés que pasó del 10 a casi el 18% por la desconfianza que reflejan los mercados externos sobre la situación argentina.

Originariamente, la suscripción del "convenio financiero" estaba prevista para fines de junio. Pero la fuerte suba verificada en los CDS (los seguros contra un eventual default del país) obligaron a posponer la salida de los bonos hasta setiembre.

Según el acuerdo-marco vigente entre el Gobierno y Natixis, si los CDS superan los 800 puntos básicos, la emisión de los bonos puede suspenderse hasta nuevo aviso.

En la última semana, la sobretasa que los CDS suman al interés normal osciló entre los 830 y 835 puntos básicos, tras haber tocado los 890 el 11 de agosto.

Tanto en el Gobierno como en el consorcio Veloxia confían en que en las próximas semanas podría mejorar la percepción de los mercados para encarrilar la financiación.

A partir de mañana se normalizarán las actividades bancarias en Europa y EE.UU. tras las vacaciones veraniegas y, según estiman los funcionarios y los empresarios, habrá una "mejor comprensión" de la realidad argentina.

Consultado por Clarín, el vocero de Veloxia, Pablo Amorrurtu, señaló que "estamos muy cerca de un acuerdo y la definición no debería demorarse más allá de setiembre".

Pero más allá del optimismo del grupo adjudicatario, el proyecto sigue acumulando críticas y contratiempos.

La semana pasada, el banco Natixis sacudió los mercados al anunciar una pérdida semestral de US$ 2.200 millones y una controvertida capitalización de US$ 5.400 millones que es resistida por los fondos de inversión estadounidenses que tienen la minoría accionaria. En tanto, el "Movimiento Tren para Todos" -que reúne a 30 asociaciones universitarias, sociales y políticas- ya logró juntar 827.000 firmas en contra del tren Bala que piensan llevar al Congreso para forzar un debate legislativo.

Por otra parte, la Justicia deberá resolver en los próximos días si le da curso o no a la acción penal promovida por el abogado Ricardo Mooner Sans y el ex diputado, Mario Cafiero contra las principales figuras del Gobierno que intervinieron y avalaron la adjudicación del polémico proyecto.

http://edant.clarin.com/diario/2008/08/31/elpais/p-01750032.htm

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